En el vasto mundo del arte, una de las mayores aspiraciones de cualquier ilustrador es desarrollar un estilo propio que lo distinga y lo conecte con su audiencia. Sin embargo, encontrar y definir ese estilo puede ser un proceso desafiante y, a veces, frustrante. En este artículo, exploraremos cómo trabajar para descubrir y perfeccionar tu voz artística en la ilustración con acuarela, al tiempo que disfrutamos del viaje creativo.
¿Qué significa tener un estilo propio?
Un estilo propio es la huella única que dejas en tu trabajo. Es la combinación de técnicas, elecciones de colores, temáticas y formas que hacen que tus obras sean reconocibles al instante. Pero no se trata solo de cómo se ven tus ilustraciones; también incluye la manera en que transmiten emociones y cuentan historias. Aquí te enseño algunos pasos que practico día a día y que me van funcionando en la búsqueda de mi estilo. Digo en la búsqueda por que en realidad encontrar un estilo propio considero que no es una meta, sino un proceso de evolución constante que nunca deja de evolucionar.
1. Explora y experimenta
Antes de encontrar tu estilo, es fundamental explorar diferentes enfoques. Prueba técnicas como:
- Húmedo sobre húmedo: Para lograr efectos suaves y difuminados.
- Húmedo sobre seco: Ideal para crear detalles definidos.
- Texturas experimentales: Usa sal, alcohol o plástico para agregar profundidad y singularidad.
Juega con diferentes tipos de papel, pinceles y pigmentos. Este proceso te ayudará a descubrir qué técnicas y materiales resuenan contigo y con cuales te sientes más cómodo. Además, para desarrollar un estilo propio, es muy importante conocer bien el medio con el que vas a trabajar. En mi blog tienes ejercicios con los que practicar si optas por aprender acuarela.
2. Conoce tus influencias
Haz una lista de artistas y estilos que te inspiran. Analiza qué te atrae de su trabajo: ¿Es la paleta de colores? ¿La composición? ¿El uso de texturas? No se trata de copiar, sino de identificar elementos que te gusten y motiven y que puedas reinterpretar a tu manera.
Puedes probar a pintarlos tú mismo o a reinterpretarlos y, si no te sientes cómodo, siempre puedes seguir buscando hasta que encuentres una temática, estilo y colores con los que te identifiques. Una vez encuentres lo que más conecta contigo, con el tiempo tu estilo irá afinándose más ya que no es algo que permanece estático, sino que va cambiando y evolucionando a medida que vas avanzando en el mundo de la ilustración.
La práctica constante también ayuda mucho a encontrar tu estilo propio. La repetición es clave para desarrollar fluidez y confianza en tu técnica. Dedica tiempo a pintar regularmente y no temas repetir temas o composiciones, ten en cuenta que la pereza es la gran enemiga del arte. A medida que practicas, empezarán a emerger patrones y preferencias que formarán la base de tu estilo.
4. Escucha tu voz interior
Tu estilo también está influenciado por tus emociones, intereses y experiencias personales. Pregúntate:
- ¿Qué temas me apasionan?
- ¿Qué historias quiero contar a través de mi arte?
- ¿Qué emociones quiero que sientan quienes vean mi trabajo?
Incorporar tu autenticidad personal hará que tu arte se sienta único y significativo.
A veces, tenemos tanto ruido en nuestra cabeza debido a todos los factores externos y distracciones que la sociedad y el sistema nos proporciona, que no somos capaces de escuchar esa voz interior que todos tenemos y que es la que nos conoce realmente y sabe cuáles son nuestros anhelos más internos. Llámala Intuición, Fuente, Universo, Dios, el nombre realmente no importa, lo que importa de verdad es que todos la tenemos y a veces no la podemos oír a causa del ruido mental que nos invade. Para poder escuchar nuestra voz interior es necesario primero eliminar de nuestra mente ese ruido molesto y eso se puede conseguir de varias formas:
- Iníciate en la meditación. Puedes empezar tan solo con 5 o 10 minutos al día y en cuanto veas sus efectos cada día irás añadiendo más tiempo. Meditar nos conecta con el silencio y es ahí donde esa voz interior nos susurra.
- Sal a caminar al campo. Explora la naturaleza y aléjate durante un rato del ruido de la ciudad.
- Intenta desconectar un rato de los estímulos rápidos que hacen que nuestro cerebro se intoxique de dopamina, como por ejemplo Tiktok, Instagram y demás redes sociales. Esto también ayudará a que tu mente se acalle.
5. Permítete evolucionar
Tu estilo no tiene que ser algo estático. A medida que cambias y creces como persona y artista, tu arte también puede transformarse. Abraza estos cambios como parte natural del proceso creativo y sobre todo ábrete a cualquier idea que te venga a la mente, no deseches nada sin antes probarlo. A veces pueden surgir ideas muy buenas de un simple pensamiento.
6. Ejercicios para descubrir tu estilo
Es sabido que el camino del artista no es un camino de rosas, a veces te encuentras con muchas espinas. Una de las más frustrantes es el bloqueo creativo. Esa sensación de que todo te sale mal, esa voz que te dice que el arte no es lo tuyo y te invita a abandonarlo todo. (Por cierto, hay un libro que te recomiendo leer que se titula «El camino del artista» de Julia Cameron que habla de los bloqueos creativos y cómo afrontarlos). Cuando te ocurra esto no hagas nada, simplemente deja todo y sal a caminar a la naturaleza, ponte una película o busca una distracción hasta que esa voz dañina se calle. También puedes probar una serie de ejercicios cuando te sientes bloqueado, aquí te pongo algunos:
- Crea una serie: Elige un tema o elemento (como flores, animales o paisajes) y pinta varias versiones de él. Observa cómo evoluciona tu enfoque a medida que trabajas.
- Imita para aprender: Reinterpreta obras de artistas que admiras, pero añade tu propio toque personal, aunque sea un pequeño cambio, pero intenta siempre modificar algún aspecto de la obra. Esto te ayudará a identificar lo que resuena contigo.
- Restricciones creativas: Limita tu paleta de colores o usa solo un tipo de pincel para enfocarte en un aspecto específico de tu técnica, te ayudará a abrir tu mente creativa.
En definitiva, desarrollar un estilo propio en la ilustración no sucede de la noche a la mañana. Es un proceso que requiere exploración, paciencia y autodescubrimiento. Lo más importante es disfrutar del camino, porque cada pincelada que das es un paso más hacia tu identidad artística. Recuerda: tu estilo es una extensión de ti, y eso ya lo hace único y especial. ¡Así que toma tus acuarelas y deja que tu esencia brille en cada obra!